viernes, 24 de agosto de 2012
LAS ISLAS BALEARES: HISTORIA
Baleares nos sorprende por orígenes muy antiguos, que se remontan al Megalítico. Se han conservado muchísimos restos de mucha importancia a la hora de estudiar la prehistoria europea. Tan en Menorca, se encontraron unos 500 monumentos prehistóricos, por eso se le llama museo al aire libre. Estos monumentos sorprenden por sus dimensiones, por su extraordinario estado de conservación y por preguntarse uno como se pudieron hacer con la tecnología de aquellos tiempos. Estas huellas están en los célebres talayots, taulas y navetas, construcciones probablemente relacionados con rituales y ceremonias de origen religioso y guerrero.
El Asentamiento de Trepucó, a 2 km. de Mahón, considerado como el más importante monumento prehistórico en Menorca. En él se encuentran una taula y un talayot de gran importancia. También una visita el talayot de Trebaluger por su importancia y fácil acceso, y la Naveta des Tudoms cera de Ciutadella, el monumento prehistórico más grande y menor conservado de Menorca. En Mallorca merece mencionar el Talayot de Sa Canova, los asentamientos de Ses Paises, Capocorb Vell y Claper dels Gegants.
De gran tradición en Mallorca y de importante historia. En ella desembarcaron y se asentaron fenicios, griegos, romanos, cartagineses, bizantinos y moros. Huellas de todos ellos encontramos aún hoy en su territorio, como son por ejemplo las ruinas romanas de Alcudia. En el año 1229 Jaime I el Conquistador desembarca en la isla y desde entonces pasa a la corona de Aragón. Después de fallecer, deja como rey de Mallorca a su hijo Jaime II. Pero la independencia no duraría mucho, y en 1343 pasa de nuevo a la corona de Aragón.
Las civilizaciones más importantes de la antigüedad se asentaron en Menorca; griegos, cartaginenses, romanos, vándalos, bizantinos y moros. En el año 1231 pasa también a la corona de Aragón. Luego se da un período de frecuentes ataques piratas, inestabilidad que se percibe aún en los monumentos defensivos conservados, sino en el mismo carácter aventurero y abierto de la población.
Por el Tratado de Utrecht queda la isla bajo la corona británica por casi cien años; período que ha dejado huellas indiscutibles, como lo son la arquitectura de Mahón o la cantidad de giros de origen británico que conserva su dialecto. Este período llevaría a numerosas luchas por el dominio de la isla entre ingleses, españoles y franceses. Terminando, durante un período relativamente corto, a pasar a la corona francesa. Fueron estos últimos años los más sangrientos de su historia, y finalizaron en 1802 con la Paz de Amiens, en que las Islas Baleares vuelven a formar parte de la corona española.
Fenicios, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, moros y normandos, todavía se puede apreciar en Ibiza. Se luchó en la isla con sangre y sufrimiento, considerada como un enclave estratégico del Mediterráneo. Sin embargo hoy, el carácter abierto y cosmopolita de sus habitantes donde nadie se siente indiferente, junto con la originalidad de Ibiza, hacen ver como esa amalgama de diversas culturas, en cierto modo la han enriquecido y hecho irrepetible.
En sus museos están importantes pruebas de lo mencionado. Por ejemplo, restos arqueológicos demuestran que Ibiza fue una colonia cartaginesa. Posteriormente fue colonia romana, y tras la conquista por los vándalos y bizantinos, que no duró mucho, cae la isla bajo poder musulmán en el año 707. Durante Jaime I, pasa la isla, como todas las Baleares, a manos cristianas. A partir de aquí comienzan las incursiones piratas, llegando de nuevo a poner a prueba la estabilidad insular, que no sólo sufrió los ataques de éstos, que llegaron a conquistarla, sino incluso de aquellos que trataron de liberarla de los primeros. Aún en el puerto de Ibiza se puede hoy apreciar un obelisco erigido en recuerdo a esta época. Tan duradera e importante fue la inseguridad de los habitantes, que llegaron incluso a tener que protegerse dentro de la iglesia fortificada, mientras en la costa fueron construidas torres vigías para alarmar de los desembarcos piratas.
Formentera va paralela a la de Ibiza en su historia. Datos que la diferencian de la anterior son que durante los ataques bárbaros, sus habitantes tuvieron que huir de ella. Hasta finales del s. XVII no volverían a repoblarla, cuando Formentera tenía las defensas necesarias para luchar contra los ataques piratas.
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